IMPACTOS DE LA GLOBALIZACION EN LA ACTIVIDAD EMPRESARIAL


 
 
 
 
En un mundo en el que las fronteras económicas nacionales se desvanecen de manera progresiva, la creación de bloques económicos tiende a asegurar mercados para los participantes en los mismos. La demanda del consumidor en los mercados globales es de tal magnitud que ninguna empresa puede por sí sola responder a ella; se requiere, por tanto, desarrollar asociaciones,  alianzas y cooperaciones entre países y entre firmas.
Las grandes empresas han realizado operaciones muy importantes de fusión y adquisición de otras empresas y toma de participación financiera en ellas para estar presentes en otros mercados. Para las empresas medianas y pequeñas, la globalización no ha significado una inserción mundial debido a que no tienen los recursos necesarios ni la forma de integración empresarial adecuada para incursionar y participar competitivamente en mercados globales. La globalización ha servido sólo para  consolidar su presencia en los mercados a través de la integración regional. Por lo tanto, la globalización es también regionalización  y propicia nuevas formas de administración.
Las empresas exitosas en los mercados globales se destacan por la  orientación que dan a sus inversiones, sus esfuerzos esenciales se centran en gestión estratégica, competitividad, calidad, investigación y desarrollo, innovación y logística, lo que les da ventajas para generar respuestas oportunas a las demandas de diversos países.
Desde el punto de vista de las comunicaciones y las nuevas tecnologías,  el proceso de globalización se manifiesta en el “tecno globalismo”; es decir, la fusión en un mismo campo del saber de innovaciones y de tecnología procedente de múltiples territorios; así mismo, la instauración de “macro sistemas técnicos” en los transportes, la producción, la comunicación; la revolución de las telecomunicaciones, de los medios de transmisión (cables, satélites), el uso mundial del Internet.
Dentro de este proceso, es importante entender que le queda al Estado- Nación. Kenichi Ohmae plantea la cuestión de la siguiente manera: En un mundo en el que las fronteras económicas se desvanecen de manera progresiva, cabría preguntarse si son sus fronteras arbitrarias, históricamente accidentales, genéricamente significativas en términos económicos o qué tipo de fronteras tendrían sentido.
 A medida en que la mecánica de los mercados verdaderamente mundiales de capital reduce casi a la nada su capacidad para controlar los tipos de cambio o para proteger su divisa, los estados- nación han pasado a ser vulnerables a la disciplina impuesta por las decisiones tomadas en otros lugares por personas e instituciones sobre las que no tienen control práctico.
Sostiene dicho estudioso la necesidad de la interdependencia entre países que conforman, los tres principales bloques económicos que se han generado con éste proceso globalizador (EEUU, Europa y Japón); dichos conjuntos están estrechamente mezclados a distintos niveles por lo que los nacionalismos económicos ya no tienen fundamento.
Todo esto refleja una situación que es necesario precisar; esto es, el proceso de globalización en el que supuestamente todos los países intervienen en igualdad, en los hechos nos refleja que la globalización no es más que un mito elaborado en los países más desarrollados para darle consistencia teórica a las nuevas formas de sometimiento y explotación de los países menos avanzados, que son la mayoría.
Este nuevo paradigma en relación con el proceso de globalización presenta retos extraordinarios para los países del Sur. La brecha existente entre desarrollados y países en vías de desarrollo tiende a ampliarse y al parecer está resultando irreversible, como consecuencia del poderío científico y tecnológico de esos países, lo que está ocasionando la polarización de la riqueza y el poder y creando división e inestabilidad social.
En razón de lo señalado, no se puede esperar ayuda externa, sino que se debe estar consciente de que el  desarrollo descansa, antes que nada, en factores endógenos. En consecuencia, el desarrollo no es posible si no se generan respuestas viables al dilema del crecimiento interno de la economía de un país y sus empresas en un mundo global.
Por ello, para que los países del sur , se adapten a las nuevas realidades del mundo actual deben de llevar a cabo reformas estructurales profundas partiendo de las particularidades de cada país, manteniendo siempre como objetivo el bienestar de la población, fortaleciendo al mismo tiempo su capacidad competitiva en los mercados internacionales.
 

 
 
 
 

 

 

1 comentario:

  1. orales danny que buena informacion y que te atreviste a leer casi un libro....

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